A medida que el mundo busca formas de combatir el cambio climático y reducir la dependencia de los combustibles fósiles, la importancia de las fuentes de energía renovables se hace cada vez más patente. El Foro Económico Mundial señala que las energías renovables pueden ayudar a los países a mitigar el cambio climático, aumentar su resistencia frente a la volatilidad de los precios y reducir los costes energéticos. Esto es especialmente importante ahora que el aumento de los costes de los combustibles fósiles agrava la pobreza e impide el desarrollo económico de los países en desarrollo.
En respuesta a este problema, la energía solar ha surgido como una solución sostenible y rentable para hacer frente a las necesidades energéticas de todas las naciones. Este artículo analiza tres posibles ventajas de la energía solar para los países en desarrollo:
Mejor acceso a la energía
En muchos países en desarrollo, el acceso a la electricidad es limitado, sobre todo en las zonas rurales y remotas. Las Naciones Unidas informan de que el acceso a la electricidad sigue siendo un problema para más de 570 millones de personas en todo el mundo. Sin electricidad constante y fiable, sectores esenciales como la sanidad, la seguridad, las finanzas y la educación pueden verse afectados a nivel comunitario y nacional. Por ello, es crucial encontrar soluciones eficaces y económicas para suministrar energía a estas comunidades. Los sistemas independientes de energía solar, como las casas solares y las minirredes, pueden suministrar electricidad a hogares y comunidades que no están conectados a la infraestructura eléctrica general. Esto puede mejorar la calidad de vida de las personas que viven en estas zonas al proporcionarles iluminación y alimentar electrodomésticos y dispositivos de comunicación.
En Ruanda, por ejemplo, el acceso a la electricidad ha repercutido positivamente en el sistema sanitario. En el pasado, muchos dispensarios del país carecían de acceso fiable a la electricidad, lo que dificultaba el almacenamiento de material médico esencial, como las vacunas. Las importantes inversiones del gobierno ruandés en energía solar dieron como resultado el acceso a electricidad fiable, lo que mejoró enormemente la calidad de la atención sanitaria en el país.
Mejora de la seguridad alimentaria
La energía solar puede encontrar muchas aplicaciones en los países en desarrollo, repletos de tierras agrícolas. Una posible aplicación es la cosecha solar. El podcast «60-Second Science», en Scribd, explica cómo se puede aprovechar la energía del sol y, al mismo tiempo, cultivar. Para ilustrarlo, cuenta la historia de una granja de Rockport que cultiva arándanos bajo un conjunto de casi 11.000 paneles solares en un proceso llamado agrivoltaics. Esto permite que los arándanos reciban la luz solar necesaria para crecer, al tiempo que los protege de las inclemencias del tiempo. Al mismo tiempo, los paneles solares generan electricidad que puede utilizarse para alimentar económicamente los sistemas de riego y los equipos agrícolas.
El mismo concepto ya se aplica en países en desarrollo, como Filipinas o Tailandia, debido a las vastas explotaciones agrícolas que pueden aprovechar los largos días de sol. Gracias a la agrivoltaica, los agricultores de estos países pueden mejorar el rendimiento de sus cosechas, diversificar sus prácticas agrícolas y lograr la independencia energética, todo ello al tiempo que aumentan sus ingresos y mejoran la seguridad alimentaria. Además, como se ha visto que el uso de este tipo de tecnología solar mejora la producción, países como Tailandia han informado de que han alcanzado el ROI de la agrotecnología solar en sólo dos años.
Creación constante de empleo
El especialista en energía Neil Kitching señala que para resolver la crisis climática, los gobiernos deberían «subvencionar lo bueno». Cuando los gobiernos de los países en desarrollo fomentan la instalación de sistemas de energía solar, ya sea a través de iniciativas públicas o privadas, pueden crearse puestos de trabajo en los sectores de la construcción, la electricidad y la ingeniería. Estos puestos de trabajo pueden ser especialmente beneficiosos en zonas con escasas oportunidades de empleo, ya que pueden proporcionar una fuente constante de ingresos y estimular las economías locales.
India, por ejemplo, ha demostrado cómo la aplicación de objetivos ambiciosos en materia de energía solar puede dar lugar a una importante creación de empleo en el sector de la energía solar. Hasta la fecha, ha invertido más de 14.500 millones de dólares en energías renovables para alcanzar su objetivo de 100 GW de capacidad solar. Esta inversión ha dado empleo a más de cuatro millones de personas en las áreas de desarrollo de proyectos, construcción y operaciones y mantenimiento. Del mismo modo, los países en desarrollo pueden aumentar sus tasas de empleo mediante esfuerzos concertados para promover la energía solar y catalizar el crecimiento nacional.
A medida que el coste de la tecnología solar sigue disminuyendo, resulta cada vez más accesible y económicamente viable para los países en desarrollo invertir en energía solar. Los beneficios que conlleva son innegables y pueden tener un impacto positivo en la población, la economía y el medio ambiente.
Por J Hawkins para climate-wise.com