Plástico sin fin
Por su naturaleza versátil y duradera, el plástico es infinitamente útil. Su versatilidad e indestructibilidad son prácticamente inigualables en comparación con otros materiales sintéticos. Sin embargo, el antes revolucionario plástico está amenazando cada vez más el mundo natural y llenando nuestros océanos, lo que supone una amenaza para la vida marina. Desde el desarrollo del plástico en 1907, los seres humanos lo hemos moldeado y transformado para satisfacer nuestras necesidades. Desde los envases de plástico para alimentos hasta el transporte agrícola, el plástico está en todas partes. Por desgracia, ahora estamos pagando los costes de esta creación sintética y lo seguiremos haciendo en un futuro próximo.
Debido a la naturaleza infiltrante de los plásticos, se presume que están en todos los alimentos que comemos, en nuestra agua y en el aire que respiramos. Estamos expuestos al plástico todos los días. Sin embargo, aunque se impidiera inmediatamente que todo el plástico entrara en el medio ambiente, veríamos un aumento de los microplásticos a medida que los trozos grandes empezaran a degradarse en fragmentos. No siempre sabemos qué productos están hechos, total o parcialmente, de plástico; por ejemplo, las colillas de cigarrillos y los pañales de los bebés. Este tipo de productos están formados por varios materiales unidos, por lo que resulta difícil romperlos para reutilizarlos o reciclarlos.
Microplásticos
La naturaleza duradera del plástico hace que afecte tanto a la tierra como al mar. Junto a los grandes trozos de plástico, como las bolsas de plástico, que se ha demostrado en numerosas ocasiones que dañan la fauna, los microplásticos constituyen una amenaza importante. Los microplásticos se acumulan rápidamente en grandes cantidades e incluso se han encontrado en la Fosa de las Marianas y en la nieve próxima a la cima del Everest, los lugares más profundos y más altos de la Tierra. Estamos encontrando microplásticos en partes del océano que los humanos aún no han explorado.
Los microplásticos son trozos de plástico de menos de cinco milímetros de longitud, pueden ser partículas de tamaño nanométrico que no se ven a simple vista. Ya sea de 5 mm o nano, el plástico está afectando a la vida marina tal como la conocemos. La naturaleza prácticamente indestructible del plástico, que tanto éxito le ha dado, causa problemas cuando se intenta deshacerse de él. Si se deja solo, el plástico se hará infinitamente más pequeño en forma de microplástico, pero nunca desaparecerá por completo. Seguirá persistiendo y fragmentándose hasta que se haga tan pequeño que no pueda verse sin un microscopio.
Amenaza para la vida marina
Los enredos en plásticos son una gran preocupación para la vida marina, ya que pueden impedir la capacidad del animal para nadar, alimentarse y ser potencialmente mortales. Según un estudio reciente, desde la superficie hasta las profundidades marinas se acumulan cada año ocho millones de toneladas de plástico. Además de los enredos, las especies potencialmente invasoras también suponen una amenaza. Por ejemplo, un animal puede cruzar de un lado a otro del océano haciendo rafting sobre plástico. La invasión de una especie no autóctona que llega y prospera podría ser potencialmente perjudicial. Aunque no se sabe mucho al respecto, podemos suponer las implicaciones basándonos en invasiones anteriores, como la de los conejos en Australia.
El plástico también puede transportar microbios patógenos, afectando a la vida durante su viaje y en su destino. También puede absorber otras sustancias químicas actuando como una esponja. Muchos contaminantes orgánicos son hidrófobos, por lo que se asientan en la superficie del agua. Se filtran en el plástico para evitar el agua, lo que hace que se concentren en el plástico. Si se ingiere este plástico concentrado, una parte se libera en el organismo y otra en el medio ambiente.
Lucha contra la contaminación por plásticos
La esperanza no está perdida, hay cosas que podemos hacer para atajar la contaminación por plásticos, como demuestra Correo SR. En 2018, asistimos a la prohibición mundial de la venta de productos que contienen microperlas. Según los informes, en una ducha se arrojaron 100.000 microperlas por el desagüe y, finalmente, al océano. Aunque las campañas para controlar los residuos plásticos se están convirtiendo rápidamente en una de las principales causas medioambientales, aún queda mucho por hacer. No hemos hecho mella en el enorme tonelaje de plástico desechado que se encuentra actualmente en nuestros mares o en camino hacia ellos. Se calcula que en 2030 habrá en el medio ambiente 99 millones de toneladas de residuos plásticos incontrolados.
El plástico es un problema de origen humano, por lo que debemos asumir nuestra responsabilidad y empezar a reducir su uso en las fuentes. Nuestra respuesta en las próximas dos décadas determinará el resultado de la crisis del plástico. Sabemos que el planteamiento actual no es suficiente. Los científicos han informado de que disponemos de la tecnología necesaria para reducir significativamente el volumen de residuos plásticos. Utilizar nuestras opciones actuales y aumentar masivamente nuestro reciclaje desde la media actual del 12% contribuirá a mitigar el creciente tonelaje de residuos.
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