Las emisiones anuales de gases de efecto invernadero alcanzaron sus niveles más altos entre 2010 y 2019; desde entonces, el aumento se ha ralentizado ligeramente. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer para reducir nuestras emisiones. Sin una reducción inmediata y drástica de las emisiones en todas las industrias, limitar el calentamiento global a 1,5 °C seguirá siendo un objetivo lejano. Cada vez son más los países, empresas y particulares que se comprometen con la acción por el clima y aportan su granito de arena al planeta.
La eficiencia energética ha mejorado desde 2010 gracias al aumento de las políticas y a una reducción del 85% del coste de la energía solar y eólica. La transición hacia un mundo sostenible y renovable ya se está produciendo, sólo hace falta que se produzca a mayor escala. Disponemos de las herramientas para garantizar un futuro habitable, pero tenemos que tomar las decisiones necesarias para aplicarlas. Si ampliamos y aplicamos estas soluciones existentes de forma más generalizada, se conseguirán reducciones sustanciales de las emisiones al tiempo que se estimula la innovación.
En abril de este año se publicó el Resumen para Responsables de Políticas del informe del Grupo de Trabajo III del IPCC, Cambio Climático 2022: Mitigación del cambio climático. En el informe, el IPCC afirmaba que existen opciones en todos los sectores para reducir al menos a la mitad las emisiones de aquí a 2030. El cambio climático puede generar oportunidades dentro de los sectores, y tenemos que aprovecharlas en nuestra lucha por un futuro sostenible. El sector energético, en particular, requiere grandes transiciones, principalmente para abandonar el uso de combustibles fósiles y optar por alternativas renovables y eficientes. El Copresidente del Grupo de Trabajo III del IPCC, Priyadarshi Shukla, declaró que es posible una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero del 40-70% de aquí a 2050 si permitimos que se produzcan estas transiciones y cambios.
En casi todas las ciudades hay edificios con cero emisiones de carbono o energía cero, por lo que es necesario aprovechar el potencial de mitigación de los edificios. Las ciudades ofrecen importantes oportunidades de reducción de emisiones, desde la electrificación del transporte hasta la mejora de la absorción de carbono. Vivimos en una sociedad de usar y tirar; tenemos que reevaluar cómo utilizamos los materiales para mejorar su eficiencia. Esto implica aumentar el reciclado y la reutilización para minimizar los residuos y el volumen de productos que necesitamos producir.
El IPCC declaró que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero tienen que alcanzar su punto máximo a más tardar en 2025 y luego reducirse casi a la mitad, un 48%, para 2030. El metano también debe reducirse simultáneamente en aproximadamente un tercio en ese plazo. A pesar de las reducciones, lo más probable es que superemos los 1,5 ºC, sin embargo, podemos reducirlo para finales de siglo. Tenemos que conseguir unas emisiones netas de dióxido de carbono nulas en todo el mundo de aquí a 2050 para estabilizar la temperatura global.
Acelerar la acción por el clima y garantizar que sea equitativa nos ayudará a alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible. Tenemos que centrarnos en soluciones que beneficien a las comunidades al tiempo que reducen el volumen de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Por ejemplo, nuestros proyectos Climate Wise apoyan el desarrollo sostenible a escala local al tiempo que trabajan para reducir las emisiones globales. Un mundo más justo y sostenible es posible, tenemos que tomar medidas que nos acerquen a él y lo garanticen.